Hola Sweeters!! Estamos en un momento en que lo saludable está de moda. Cada vez estamos más concienciados en cuidar nuestra alimentación y tenemos claro que el llevar una dieta saludable no está reñido con comer o beber deliciosos dulces. Hoy os queremos hablar de una bebida que combina ambas cosas, el famoso smoothie.
Mucha gente piensa que el smoothie es lo que conocemos como un batido y aunque tienen mucha similitud, tienen una pequeña diferencia.
Los batidos se hacen a base de fruta (aunque también los puedes hacer con verdura) en los que se incluyen la pulpa, esto es lo que hace que sea más espeso que lo que podría ser un zumo. Se les suele añadir leche o yogurt para que tenga una textura más cremosa. Lo que diferencia al smoothie del batido es que lleva un ingrediente congelado, ya sea helado o yogurt congelado. Como veis son muy similares pero diferentes.
Os vamos a contar un poquito de su historia: El smoothie proviene de los países tropicales de América Latina donde tenían como tradición tomar fruta fresca batida. Esta tradición pasó a Estados Unidos y se puso de moda a finales de 1960, años en los que hubo un boom por todo lo saludable y light. El concepto nació en California, pero enseguida se extendió a través de las tiendas especializadas en productos naturales y a los vendedores de helados como bebida refrescante. Los smoothies fueron una gran alternativa energética y vitamínica a las bebidas artificiales y refrescos. Al ser una bebida tan baja en calorías y grasas, eran muy demandados por la gente que tenía especial cuidado en salud.
Últimamente están muy de moda los smoothie bowl, es un smoothie en un bol y son absoluta tendencia en desayunos ya que nos aporta una cantidad increíble de nutrientes que nos darán la suficiente energía para afrontar el día de la manera más deliciosa.
Y para terminar os dejamos una receta riquísima que os invitamos a probar!!
Pelamos la piña, la hacemos trocitos quitándole la parte central y la metemos en la batidora, batimos hasta que no queden trocitos. Le incorporamos la leche y seguido el helado de coco.
Si nos gusta un poco más líquido le incorporamos un poco de hielo y trituramos.
Le podemos incorporar un poco de ron si queremos un toque más valiente! 😉
Esperamos que os haya gustado y que lo probéis!
Mayte Rodríguez