El mazapán, un dulce con mucha historia en la que vamos a adentrarnos en este post. Nos parece de lo más interesante saber de donde procede y ya veréis lo interesante que es.
Es cierto que con azúcar, huevo y almendra se preparan multitud de dulces deliciosos como galletas y bizcochos, pero son estos 3 ingredientes únicamente los que se unen para dar lugar al mazapán, una elaboración sencilla y tradicional, muy propia de las fechas navideñas. Así es al menos el mazapán más consumido en nuestras mesas estos días, pero ¿sabéis que no todo es igual y que existen diferentes variedades?
Aunque podemos encontrarlo en Italia o Francia, los mazapanes más populares son los españoles de Soto (La Rioja) y de Toledo así como los alemanes de Lübeck y Königsberg. El mazapán de Lübeck cuenta con una elevada proporción de almendra y una proporción bastante inferior de azúcar y, además, se elabora añadiendo agua de rosas, mientras que el de Königsberg se flambea en su superficie, adquiriendo un característico tono marrón.
Su procedencia no queda del todo clara; si indagamos un poco acerca de sus inicios, encontraremos por un lado que el mazapán es de origen árabe y que se introdujo en Europa con la invasión musulmana de la península Ibérica en el siglo VIII, apareciendo entonces un dulce de almendra que llevaba impreso la figura de un rey sentado (“manthaban”).
Por otra parte, es probable que fuera inventado en el convento de San Clemente de Toledo allá por 1212. Al tener el convento muchísima almendra, se mezcló con azúcar para obtener un producto rico y de gran capacidad energética. A dicho producto se le llamó mazapán: Maza hacía referencia al mortero donde se trituraba la almendra y se mezclaba con el azúcar y Pan al producto obtenido (pan de almendras).
En la antigua Grecia ya se hablaba de una elaboración muy apreciada a base de almendra y miel y en la Pascua cristiana ve la luz una tarta de almendras conocida como «panis martius».
Actualmente sabemos que existen diversas variedades de dulces que tienen como base el mazapán.
En noviembre, por la festividad de Todos los Santos encontramos el Hueso de santo, del que ya os hablábamos en anteriores posts. Otra elaboración es el Pan de Cádiz, una masa de mazapán rellena de confitura de yema de huevo y batata confitada, que se hornea sobre una oblea.
En Cataluña están los famosos panellets, cuyo centro es mazapán que se baña en huevo y se reboza con almendra picada o piñones.
En la Comunidad Valenciana, la noche de Reyes se celebra acompañada de la «casca de reis», un dulce con forma redonda o de serpiente enroscada elaborado con almendras, azúcar y huevos, que se rellena con yema confitada, boniato o calabaza.
Incluso el macaron, ese pastelito maravilloso de mil sabores y colores, parte de una base de mazapán.
Pero también cabe destacar el mazapán italiano, que tiene su origen en el siglo XII, cuando las monjas de un convento siciliano comenzaron a preparar una pasta a base de azúcar y almendras con formas de frutas y animalitos y que posteriormente eran pintados con pigmentos naturales de azafrán , pistacho y rosas. Se conoce como fruta de Martonara.
Pero no solo se degusta este dulce en Europa y si cruzamos el charco, encontraremos otras versiones como el mazapán de Amatitlán (Guatemala), que se elabora con las semillas de la calabaza (pepitoria), arroz y azúcar, el de Venezuela (Estado Bolívar), que se elabora con merey (anacardo) y azúcar, el de Filipinas, con nueces de pili o el de México que se prepara con maní o cacahuete.
Como veis, de un modo u otro se trata de una elaboración muy extendida, con una larga historia detrás y con una multitud de variedades que sin duda hacen las delicias de todos.
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Nosotros no sabríamos con cual quedarnos! Y vosotros?