En este post os queremos hablar del brownie y su origen, un acertado error.
El brownie es un dulce riquísimo, y nos atrevemos a decir que es uno de los dulces más conocidos a nivel mundial.
Hay un par de versiones sobre el origen del brownie, aunque una de ellas es la más extendida. Pero las dos coinciden en que su procedencia es de la gastronomía americana.
La primera versión, pero la menos famosa cuenta que sucedió en el hotel Palmer House de Chicago durante una exposición. Decidieron hacer un bizcochito pequeño para meterlos en cajas para que las señoras no tuvieran que mancharse las manos cuando lo comiesen.
La historia más difundida siempre ha sido que el brownie fue un error de un pastelero. Nunca se ha podido confirmar que esto sea totalmente cierto, pero es una historia que a los que estamos en este dulce mundo nos encanta.
Hace más de 100 años, en 1987, un pastelero se olvidó de poner levadura al bizcocho de chocolate que estaba haciendo, el resultado fue un bizcocho bajito y húmedo. ¡Bendito error!
El original brownie es de chocolate, de ahí su nombre, brown (marrón en inglés) brownie (marroncito)
El brownie tiene una costra por encima debido a que se hornea poco tiempo a una temperatura alta, con la intención de que quede jugoso en su interior y un poco crujiente en su exterior.
A día de hoy hay muchísimas variaciones o versiones de este dulce. Se le incorporan frutos secos, lo más común es verlos con nueces, aunque se le puede incorporar cualquier tipo de fruto seco.
Se suele servir o bien templado o caliente, cubierto de un fudge o sirope de chocolate y helado de vainilla.
Hoy en día nos hemos vuelto atrevidos en el mundo de la pastelería y versionamos cualquier receta ¡con resultados exquisitos!
Y también tienes la versión vegana de este delicioso dulce hecho por Toni, y lo encontrarás aquí
Os dejamos una versión de brownie de chocolate blanco y pistachos que está tremendamente bueno.
Precalentar el horno a 200º
Por un lado, fundimos el chocolate blanco, lo mezclamos con la mantequilla y reservamos.
Batimos los huevos con el azúcar hasta conseguir una consistencia de crema.
Echamos la harina moviendo con espátula e incorporamos los pistachos con movimientos suaves.
Por último, incorporamos la mezcla de mantequilla y chocolate blanco mezclando suavemente para que no pierda aire la mezcla.
Volcamos en un molde que previamente hemos cubierto con papel de horno y horneamos unos 15m aprox.
Podemos servir con helado, espolvoreando con cacao puro en polvo o como se te ocurra y te apetezca.
Ya sabes, si lo haces, mándanos el resultado y ¡publicaremos tu foto!